domingo, 14 de diciembre de 2008

"lo que saben mis estudiantes"

Al hacer un sondeo entre los estudiantes acerca de lo que saben hacer en internet me di cuenta de que todos saben hacer algo, ninguno se quedo sin repuesta; en contrapartida de la misma pregunta a algunos compañeros del plantel.
La mayoría de los alumnos saben realizar búsquedas de información, chatear, abrir una cuenta e-mail, tener acceso a la mayoría de las páginas. Algunos más, bajar música, imágenes y video, tener un metroflog, los menos; tener una video llamada, tener un blog, un my space, o estar agrupados en una comunidad virtual como hi-5 y un par otras cosas pero lo principal buscar software y descargarlos para distintas aplicaciones.
Al platicar con ellos de cómo se habían hecho de este aprendizaje, la mayoría contesto que vía un amigo en algún café internet que los estuvo guiando o bien un hermano mayor en casa.
Al preguntarles ¿Qué pasaría si ustedes compartieran eso que saben con sus compañeros más cercanos? Mencionaron que si lo han llegado hacer, que de hecho entre mas sepan sus amigos, mas contactos tendrán o bien compartirán mas música o videos; les pregunte que si estarían dispuestos a unificar esos criterios para todos los estudiantes y respondieron: si.
Les comente que a mí se me ocurrió hacer grupos a los que llamaremos “expertos” es decir agrupar a los que tengan mayor conocimiento en alguna actividad en internet; por lo cual habrá “expertos en buscar software”, “expertos en buscar y descargar información” “expertos en crear metroflog”, etc. Y ellos nos podrán asesorar a los “potenciales” es decir a alumnos que podemos convertirnos en expertos en la adquisición de nuevas herramientas.
Pudiéramos hacerlo en el laboratorio de informática del plantel en las computadoras donadas por la sociedad de alumnos y que cuentan con internet gratuito; en cada computadora un “experto y un potencial”
La evidencia será el logro por sí mismo que los “potenciales” tengan al enseñarle a los “expertos” del domino de la herramienta y claro, enseñarnos a todos los demás los logros obtenidos después de dicho ejercicio.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

como percibo mi docencia

¿Cómo percibo mi docencia?

Conforme doy cada paso, la fachada de mi centro de trabajo se hace más visible y logro observar a la distancia con letras grandes CBTIS 89, en medida de mí avanzar comienzo a encontrar jóvenes que en su rostro no reflejan más de 18 años de edad, ataviados con un uniforme rojo-azul, que en su saludo anticipan el hecho del porque hoy, yo este aquí: -buen día profe- -ese profe- -profesor, buenos días- me saludan. Contesto el saludo, con un hola o una mueca quizá y mentalmente me repito ¿¡profe!?. Llego directo al reloj checador, no sin antes saludar a algunos de mis compañeros de trabajo a quien la mayor de las veces llamo o me llaman por profesión: -inge, buen día- -lic. Que pasa- -Sr. contador buenos días—psicólogo que tal, escucho-.
El checador hace su particular sonido, cuando tomo mi portafolio y comienzo a caminar al aula 16 dice mi horario, al entrar el salón de clase, miro jóvenes en “bolitas” platicando o los mas inquietos saltando entre banca y banca. Mi presencia hace cada quien tome su lugar o por lo menos que el mas platicon baje de volumen su voz. Tomo mi lugar al frente del recinto, abro mi portafolio y reviso normalmente en que nos quedamos ayer, para proseguir con la asignatura hoy, al final después de una hora frente a ellos y algunos ¡presten atención!, paso lista y me despido.
Al salir, con la interrogante de mi parte ¿Si fui capaz transmitir adecuadamente mis conocimientos? ¿Si la mejor manera de dar la clase es como lo hice? ¿Si bastara mi experiencia previa como alumno para tener los conocimientos didácticos y metodológicos? O será que en el saludo de mis compañeros –inge, lic., contador, ¡psicólogo!- esta la justificación a mi método de enseñanza. ¡No!, para dejar de ser la copia del maestro que yo tuve en preparatoria, -el saquen la libreta que les voy a dictar- o memoricen de la 34 a la 54 para el viernes- ¡No! pues en el saludo de los muchachos esta el porque de estar aquí PROFESOR y mi responsabilidad es esta ¿de que manera dar mejor mi curso?¿como plantear mi materia para lograr una mejor compresión en los muchachos? ¿de que manera obtener los recursos didácticos que me permitan satisfacer el reto del aprendizaje?.
El reloj vuelve a sonar y ahora entro a la aula no 9 dice mi horario y me paro frente a un grupo de alumnos que también espera lo mejor de mi, tanto como la experiencia y conocimientos de mi profesión, así como de una metodología psicopedagógica que me permita administrar mejor los recursos del proceso enseñanza-aprendizaje. ¿y voy a salir con interrogantes de nuevo? ¿Qué voy a hacer?
Yo soy el responsable, y estoy aquí.

mi aventura de ser docente

Mi aventura de ser docente

Tenía yo 20 años de edad y estaba por iniciar mi séptimo semestre de licenciatura en psicología cuando mi padre murió, la muerte lo sorprendió apenas a los 50 años. Durante su paso por esta vida el fue Licenciado en Derecho, sin embargo al cerrar los ojos y buscar entre los recuerdos que tengo de el, es inevitable no relacionarlo caminando entre butacas y con manchas de gis en el pantalón, el fue docente de tiempo completo del CBTIS 89 y a eso se dedico.
A una semana de su muerte y aun con el dolor de la reciente perdida, con el futuro incierto recuerdo haber recibido una llamada con la indicación de que me presentara al siguiente lunes en el plantel a voz de la secretaria. Llegue puntual con la idea de recoger quizás, artículos personales de mi difunto padre sin embargo la propuesta de incorporarme al plantel que durante 20 años había dado trabajo a mi papá era lo que recibiría ese día. No dude en aceptar, no sin antes explicarme que iba a comenzar desde abajo, es decir con clave de auxiliar de intendente, por lo menos administrativamente ya que ante la falta de algunos maestros entraría frente a grupo en el semestre febrero-julio de inicio la semana siguiente. Dos días después mi afiliación estaba lista y con eso mi aventura.
Ese primer lunes de escuela, al salir de mis clases en la universidad con más miedo que ganas me presente puntual a mi trabajo, a mi nuevo trabajo sin mas herramientas pedagógicas que lo que yo había visto, me limite a dar lo que tenia –de hecho nadie da lo que no tiene- y posiblemente a seguir con la secuencia victimas de victimas de victimas.
Los principios como creo todas las cosas son arduos, principalmente por el hecho de estudiar mi licenciatura en una escuela con perfil humanista, que representaría estuviera moldeado en una formación constructivista a diferencia del modelo que en ese entonces imperaba en el CBTIS por lo que era común que se me llamara la atención por generar actividades distintas alas preestablecidas en un manual de edición 25 años atrás de distancia manejado por la academia. Preparar clases entre mi clase era cosa de todos los días en mi universidad, por lo que mis compañeros comenzaron a llamarme “el alumprofe”.
Al día de hoy a ocho años de esos sucesos muchas cosas han cambiado, termine satisfactoriamente mi universidad y termine una maestría, con las jubilaciones de algunos compañeros he avanzado escalafonariamente, al punto de tener medio tiempo docente en mi plantel; sin embargo mi pensamiento acerca de lo que significa ser profesor no a cambiado mucho, creo que es una profesión que exige autorespeto y disciplina. En mi transitar académico como alumno, especialmente en la etapa de bachillerato vi profesores venderse por un seis de cerveza o cien pesos, maestros que solapaban las pintas grupales con la intención de no dar clase o barcos en su quehacer docente denigrando al medio al que hoy pertenezco, creo que estar frente a grupo es una gran responsabilidad ya que precisamente en el nivel que nosotros impartimos es la medula de la adolescencia tan importante será lo académico que yo le pueda aportar al joven con mis conocimientos que con lo actitudinal de mi ser. Hoy en día abrigo una especial satisfacción ya que fruto de mi conducta y a pesar de ser uno de los maestros mas jóvenes de mi plantel, los alumnos me respetan y lo mejor es que mis compañeros también, pues claramente se sabe en las platicas de las salas de maestros como es el actuar de cada uno de nosotros y ahí queda evidenciado nuestro desempeño.
Las satisfacciones en este andar han sido muchas, pero la principal la encuentro yo, al caminar por la calle y toparme a ex alumnos que me saludan por mi nombre y al hacer platica me dicen que son hombres de bien, que recuerdan alguna clase mía o mencionan sin mas adorno que fui un buen maestro, la satisfacción de verlos a la cara sin miedo a que me juzguen, se burlen o peor me insulten.
Es cierto que los cursos de “n” cantidad de horas han venido a mitigar mi desconocimiento pedagógico, pero también es cierto que las puras ganas de ser mejor profesor no van a solucionar mi déficit en esa área y en ese punto es donde reconozco mi insatisfacción, si bien es cierto la reforma trajo consigo la oportunidad de ser un profesor mas humano, y quitarnos la dependencia al pizarrón y al dictado, de nada me servirá si no me especializo para ser mejor docente, mi insatisfacción es lo que me mueve a estar aquí y aprovechar las herramientas para entonces si sentirme mas completo en pro del autorespeto, disciplina y responsabilidad que exige esta noble labor.